Todos los seres humanos tenemos debilidades, esas molestias en nuestra vida que hacen que nuestro caminar se haga más difícil, más cuesta arriba, que tengamos problemas en las relaciones con los demás, que nos sintamos frustrados, torpes e impotentes, que sintamos desmayar y que reconozcamos que no somos perfectos ni autosuficientes. ¿Pero son las debilidades del todo malas?, ¿Acaso son necesarias?, ¿Desaparecerán algún día?, ¿Tiene Dios un propósito con ellas?
A continuación presentaré brevemente lo que dice la Biblia acerca de las debilidades y su importancia en la vida del ser humano en el descubrimiento de Dios y su poder.
1. Las debilidades nos mantienen humildes:
“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera.” 2 Corintios 12:7
Los seres humanos tendemos a llenarnos de orgullo cuando todo el mundo nos alaba, nos aplaude y nos llena de felicitaciones; nuestro ego comienza a crecer y sentimos que cada vez estamos más lejos del piso pues al parecer no caminamos sino que volamos. Cuando nuestro corazón se llena de orgullo, comenzamos a tratar diferente a las personas, a alejarnos y aún a sentir que no necesitamos de nada ni de nadie pues lo tenemos todo. La Biblia dice que Dios mira al altivo de lejos; así que nuestras debilidades son útiles para mantenernos sencillos, para reconocer que somos polvo y que sin Dios no somos nadie, para mantenernos más humildes y mas cerca de Dios.
2. Las debilidades nos enseñan que dependemos de Dios:
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mi y yo en el, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” S. Juan 15:5
Cuantas veces nos hemos visto en situaciones donde nos sentimos impotentes, donde a pesar de nuestro dinero, de nuestro conocimiento, de nuestro amor, de nuestra fuerza..., no podemos hacer nada para remediar una situación. Todo se escapa de nuestro control y comenzamos a descubrir que necesitamos la ayuda de alguien más poderoso , más grande y más fuerte. Es allí donde reconocemos que solo El nos puede ayudar y que dependemos de El. Es allí donde comenzamos a maravillarnos pues aquello que parecía imposible, comienza a hacerse realidad delante de nuestros ojos, por el poder de Dios. Es allí donde entendemos que separados de Dios nada podemos hacer.
3. En la debilidad el Espíritu Santo Intercede por nosotros:
“y de igual manera el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Romanos 8:26
Existen momentos en nuestra vida que nos llenan de confusión, que son tan complejos, tan difíciles, que ni siquiera sabemos como orar o que pedir. Pero aún en estos momentos Dios tiene una buena noticia para ti, y es que cuando tu no sabes que decir, cuando no sabes como clamar, cuando no sabes que pedir, allí esta el Espíritu Santo intercediendo por ti con gemidos indecibles. El nos ayuda en nuestra debilidad, sabe lo que necesitamos y pide por nosotros. Así que si estas en una situación de debilidad en la que no sabes que pedir, no pidas nada, dile al Espíritu santo que lo haga por ti, que interceda por ti, el pedirá lo mejor y verás como todo comenzará a verse más claro.
4. Jesucristo también intercede por nosotros:
“¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.” Romanos 8:34.
Si en la prueba, en la tentación, en la debilidad, te sientes solo, recuerda que además de la ayuda del Espíritu Santo, también encontramos la ayuda Jesucristo. Aún si has pecado y te sientes lejos de Dios, Jesucristo te extiende los brazos, reofrece tu perdón e intercede por ti ante el Padre. Jesús no vino para condenar sino para salvar y es lo que hace todos los días con los corazones arrepentidos, dispuestos a cambiar. Así que en cualquier momento puedes correr a sus brazos y experimentar su amor sin igual.
5. En la debilidad el poder de Dios se perfecciona:
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” 2 Corintios 12:9
En nuestra debilidad el poder de Dios se perfecciona. Es allí donde su poder se manifiesta. Allí donde creíamos que todo estaba perdido y que toda esperanza había muerto aparece el con su poder, su Gloria y su majestad para darnos su amor, su salvación y su bienestar. En la debilidad podemos sentirnos más fuertes porque dejamos de hacer las cosas en nuestras fuerzas y comenzamos a hacer las cosas con su fuerza, con el poder de Dios, con la fe. El Señor utiliza nuestra debilidad para mostrarse al mundo, para mostrar que a través de personas imperfectas puede mostrar su perfección.
6. Con Cristo en mi vida, cuando soy débil entonces soy fuerte:
“por lo cual por amor a Cristo me gozo en la debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. 2 Corintios 12:10.
Cuando superamos una prueba, nos damos cuenta de cuanta fortaleza Dios nos ha entregado. El Señor ha hecho de tartamudos, grandes oradores, de personas temerosas, hombres y mujeres valientes que predican con denuedo su palabra, de personas enfermas, personas que hoy testifican de su sanidad y oran por otros enfermos, de personas solitarias, grandes familias, de tímidos grandes lideres, de asesinos, borrachos, adúlteros, drogadictos personas rendidas a sus pies, arrepentidas, que han comenzado una nueva vida de bendición para muchos otros. Y hoy Dios te pregunta: “¿Cuál es tu debilidad? Entrégamela y yo mostraré mi poder a través de ella. Tu debilidad es mi oportunidad para mostrar mi poder en tu vida y en los tuyos. Nada es imposible para mi.”
SANDRA MILENA JARA
Ministerio Agua de Vida