“Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta». Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. 14 Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. 15 Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte.” Santiago 1:13-15
La caída en la vida cristiana, es el resultado de un proceso de erosión.
Vamos dando pequeñas y pequeñas concesiones hasta que finalmente estas nos llevan a la destrucción.
La gente generalmente no se levanta, se mira al espejo y dice "bueno hoy voy a acabar con mi matrimonio, voy a acabar con mi relación con Dios, voy a abandonar el ministerio".
El palabra seducido que aparece en el versículo 14, es un término de pesca, cuando la gente va a pescar llevan una carnada para seducir al pez, el pececillo comienza a acercarse y el pescador mantiene la caña lista, si la carnada ha sido correctamente seleccionada la pesca es casi segura.
Mientras nos mantenemos obedientes y dependientes al Señor, las carnadas que se nos coloquen en el camino no lograrán cautivar nuestra atención, pero cuando comenzamos a dar pequeñas concesiones, contemplar opciones no válidas para nuestras vidas somos atraídos cada vez más hacia la carnada.
Martín Lutero oró en cierta ocasión " Querido Señor aunque estoy seguro de mi posición, no puedo sostenerla sin ti. Ayúdame o estaré perdido”
Que Dios nos ayude y nos sostenga.
Bendiciones
Alejandro Vargas
Pastor General