COMPROMISO CON EL PUEBLO DE DIOS

 ^“Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos” 1 Tesalonicenses 2:8

 

Si amamos a Dios, amaremos a su pueblo.  Se dice fácil, pero en la práctica esto se constituye en todo un reto.  Muchas veces nuestra capacidad de amar se ve desafiada con el pueblo de Dios. Encontramos tantas cosas que nos disgustan, tantas que nos desagradan, que es allí donde debemos buscar al Señor y pedirle que nos de  su amor sobrenatural hacia las personas. He caminado y servido lo suficiente para decirle que si usted sirve al Señor,  encontrará que aquellos a los que más tiempo les dedicó, aquellos  que más demandantes eran, son los que generalmente peor pueden llegar a comportarse a lo largo de los años.  No obstante Dios sigue siendo Dios y su pueblo sigue siendo su pueblo; si estás comprometido con Dios estarás comprometido con su gente.